miércoles, 2 de diciembre de 2009

La inmensidad desconocida


Sin previo aviso, y tras una llamada a priori desalentadora, una voz amiga anunció su llegada.
No era posible que hubiera venido!!! Pero sí.
Había estado imaginando cómo sería el primer encuentro después de aquella (odiosa) conversación. ¿Le sonreiría? ¿Iría rauda y veloz a saludarlo? ¿Un beso? ¿Abrazo?
La verdad es que temía ese momento. Verle y escuchar un escueto "Hola", un gesto rechazando un beso.....simplemente no quería que llegara ese momento, por miedo a comprobar que nada había cambiado desde la última vez que nos vimos.

Lejos de ser así, nos saludamos como si ayer mismo nos hubiéramos despedido, como tantas otras veces.
Es curioso lo importante que puede llegar a ser un saludo.......te indica si la puerta está abierta, si hay posibilidad de entrar.....o por el contrario, marca y limita de tal manera que condiciona cualquier acción o gesto posterior. En un solo saludo puedes adivinar las próximas horas.
Tres segundos a cambio de una noche.

Al poco rato me ví tendida en el suelo, a su merced, mientras tejía una improvisada red.
Besos. Carícias. Miradas. Cuerda. Palabras. Más besos.
El 85% de mi atención estaba con él, pero el resto estaba con las personas que compartían el espacio, moviéndose, conversando, viniendo a despedirse o a comentar algo.......ese momento era demasiado importante como para estropearlo con el ruido que había allí. Y las intromisiones, inconscientes algunas, pero me desconcentré y me levanté.

En el wc, lugar de sub-reuniones, se encendió la mecha. Ya no había vuelta atrás. O se hablaba del tema o se hablaba del tema.
Las reacciones fueron muy dispares. E intensas....
Ví a dos amigos hablar en idiomas diferentes, provocando acciones incoherentes a primera vista, contrarias a la idea común y aceptada de la amistad.
Me ví insignificante ante tales hechos, culpable en parte.


Y explotó :(


Abracé la desesperación, mirando de cerca esa sensación que hacía tiempo que no veía en mí misma, tan conocida y odiada. Abracé su inmensidad desconocida, su miedo, su derrota.
Jamás había abierto tanto los dedos al abrazar a alguien, intentando abarcar todo lo posible, intentando transmitir algo de sosiego. Los abría al máximo, a conciencia, cerrando los ojos. ¿Cómo transmitir?.....lo tenía casi olvidado justo cuando más lo necesito.

Impotencia y rabia.

No es mi guerra, pero me siento igual de derrotada cuando la otra persona me importa tanto. Sé lo que es, en otros términos y condiciones, pero me es asquerosamente familiar.
Menuda mierda no poder hacer nada. O hacer algo y cagarla, que viene a ser lo mismo.

Después de todo esto, y ya desde horas antes, tenía claro dónde y con quién pasaría esa noche, digan lo que digan. Sabía dónde tenía y quería estar.
Y no me arrepiento. No podría hacerlo de todas maneras, necesitaba sentir las emociones y sensaciones que le siguieron. Las deseaba.

Ojalá se equivoquen.
Tod@s.

Yo tb espero equivocarme.


* Recordatorio fuera de contexto: no mezclar copa de Danone con mandarinas. Provoca cacotazas.

* Esto de tener tanto tiempo libre......bufffff.....tengo que ocuparlo como sea. En Enero tengo que tener 8h de actividades programadas diarias.
No quiero sentirme inútil.



No hay comentarios: