jueves, 29 de mayo de 2008

Canción para un deseo

Hay canciones para cada instante de una vida. Para cualquier momento que quieras explicar de manera más gráfica y, al no encontrar las palabras que mejor lo expresen, seguro que hay una canción que plasme lo que piensas en ese momento.

Ésta en particular, no expresa un instante, pues aún no lo he vivido. Pero a veces los deseos también necesitan la ayuda de la música.

Algún día sé que necesitaré decir palabras como las de la canción a los oídos de alguien.
Algún día.




viernes, 23 de mayo de 2008

A esperar toca, qué remedio :(


La paciencia es la aptitud que lleva a algunos homínidos a poder soportar cualquier contratiempo y dificultad. De acuerdo con la tradición filosófica, "es la constancia valerosa que se opone al mal, y a pesar de lo que sufra el hombre no se deja dominar por él".

Así, puede decirse que el paciente va haciéndose fuerte poco a poco, mientras que el fuerte sabe ser siempre paciente. El ser paciente requiere de un incremento en la fuerza cuando ésta, por lógica natural, decae.

Wikipedia

Queda todo un mes por delante, y Él, por trabajo lejos durante ese tiempo.

Después de retomar lo que parecía haberse convertido en irretomable; después de volver a tener la miel en los labios; después de sonreir sin necesidad de chistes y de forma menos natural; después de haber estado con Él aún habiéndome auto-jurado que no volvería a pasar; después de comprobar una vez más que es a su lado donde quiero estar; y después qué?

Se me hará eterno el tiempo, inmóbil me parecerá. Aún y teniendo el consuelo de leer cuatro frases suyas y algún que otro beso, también leído, no me es suficiente. No me satisface.

En estos momentos es cuando pienso en lo felices que son los que prefieren tener relaciones a distancia, virtuales. Esas personas ya saben lo que no van a tener, y por lo tanto, no lo esperan. No es mi caso. Después de saber lo que puedes tener, sentir, sufrir, probar, temblar, disfrutar.....quieres más, mucho más.

El por qué ya lo sé, pero ¿en qué "las cosas son diferentes ahora"?, y cuando digo " a esperar toca", ¿por qué "es lo que toca"?. Si me dices "eso ya lo sabes", ¿por qué das por hecho que ya lo sé?

Muchas dudas, y no he podido preguntar ninguna. Me quedo con el beneficio de la duda, pero sin el placer de una respuesta para ninguna de ellas.

Paciencia.....porque a esperar toca, qué remedio :(

martes, 20 de mayo de 2008

De la lágrima fácil, el colesterol y otros pesimismos


Me despierto sobresaltada a las 9.10h. No sé qué manía le ha entrado a mi despertador de no sonar a su hora. Salgo disparada hacia la moto, no sin antes pensar qué cosas tengo que coger para el cole: como hoy sólo tengo una clase, sólo me llevo el estuche, la calcul y una hojas en blanco, todo dentro del bolso, que es un lujazo no tener que cargar todo el santo día con la pesada carpeta. Como llegaré antes por la noche, decido ir al curro en metro en lugar de en tren, que me pilla más cerca y llego antes fijo. Pero en el sitio donde la aparco siempre que voy en metro, hoy van a podar los árboles, así que me busco otro, no vaya a ser que me conviertan a la Filomena en una moto ecológica, con todos los matojos colgando, pobreta. Una vez aparcada, justamente sale de su portal la madre de mi amig@ Isaac/Ángela. Este individu@ ha pasado por mi vida dejando una importante huella: empezamos como amigos y l@ acabé echando de mi casa, literalmente. Otro día ese tema.

El caso es que a su madre no la había visto desde hacía muchos meses, la llamé en navidades, pero ni me cogió el teléfono. Imagínate la cara de poker de las dos, pero diganas mabas, nos saludamos, nos preguntamos cómo nos iban las cosas, besitos, sonrisas, recuerdos para su hij@ y más besitos. En el fondo me he alegrado un montón de habérmela encontrado, era como algo pendiente. Una cosa menos por la que morir intranquila :)

Voy hacia la panadería, y me pido el crussaíto de las mañanas ( ¿pq será que las panaderas de las mañanas siempre son tan lentas?), y mientrastanto aprovecho para enviarle un sms a mi compi de curro. Ya lo tengo en plantillas: "me he dormido, voy d camino, sorry." Pues no, no lo he podido enviar, mi exnovionopagadordefacturasdelmóvil no ha pagado la fra. de este mes, y va a ser que incomunicada me quedo. Pues en huelga me pongo y como reinvindicación no la pagaré yo, pero como siempre, acabaré pagándola....

Llego por fin al trabajo, sólo he llegado una hora tarde, bien!!!!!
Llega uno de mis jefes, y me dá los resultados de la revisión médica obligatoria de la empresa, diciéndome que si estuviera embarazada, que por favor se lo dijera con antelación. Claro, como que yo me enteraré antes de estarlo juas!

Una vez abierto el sobre, segura de que me encontaría cualquier cosa menos positivo en la prueba de la rana y de la bilirrubina, observo con estupor el resultado del colesterol, y lo comparo con el baremo adjunto. Me paso de largo. No es nada nuevo que esté algo alta de ello, pero tanto???? Me empiezan a venir a la mente los bocadillos de fuet y de tortilla de patatas del bar de la esquina de mi trabajo, las 500.000 tabletas de chocolate que habré consumido ya a mi corta edad, las tapas de bravas y cerveza de los domingos, las morcillas de Jaén, las pipas Churruca y los crusaítos diarios, sin olvidar los crusaítos bomba (ummmmmm).
Haciendo repaso de mi actual dieta me cambia la cara y todo. Soy un desastre, y lo reconozco.
¿Cuánto hace que no me cocino una buena olla de verdurita? Con lo que me gusta lo verde....no me entiendo. De hecho, la cocina la limpio por vicio, no por el uso que le doy. Es lo que tiene vivir sola, que pasas con "cualquier cosa", la comodidad, o la falta de ganas de hacerse las cosas para uno mismo. Cuando viene gente a cenar me vuelvo loca cocinando y me encanta, no entiendo esta dejadez.
Enciendo mi ordenador, pero el muy cab**** no arranca, no le dá la gana. Lo intento, lo reintento, pero nada. Llamo al experto de la empresa, y decidimos que me ponga a trabajar en otro pc de una compi que hoy no viene,pero si entro con mis claves, no tendré no el Outlook (correo, internet, agenda, direcciones y teléfonos), y sin él estoy perdida. Pero como el experto, además de ser friki es un crack, desde fuera se mete en mi pc y empieza a instalármelo todo. Qué pasada ver el cursor yendo de un lado a otro solo, y cuando se me abre el WordPad y se empieza a leer: "SOY PACO, NO TOQUES NADA, ESTOY TRABAJANDO...", a lo que le respondo: "JOER! ERES UN CRACK; GRACIAS!".


Ya por fin en faena, café con leche y crusaíto en mano, pasa el tiempo hasta el mediodía. Para no desmerecer a mi colesterol, me compro un bocadillo de fuet, y mientras comemos mi compi y yo, ésta que me ve la cara de cabreo que llevo, me lo nota al masticar, es un lince. Hablamos y de repente me suelta "que todavía no te has comprado las vitaminas?". Uffff, pá qué le habré dicho que no tenía el día fino, menos mal que la he advertido..... a lo que le suelto: "primero tengo que encontrar el papelito con el nombre de las vitaminas, como valen una pasta, sacarla del banco, y por último, ir a la farmacia; así que como no es cuestión de bajar ahora mismo a comprarlas pq no tengo ni el nombre ni el dinero, no me toques la moral, que la tengo en déficit." Y luego se emperra en que además me compre Ginseng. Si es que me provoca.....menos mal que ya me conoce y sabe que cuando mastico de una determinada manera es mejor no incitarme a hablar, pq puede ser que sólo suelte sapos y culebras. Es un amor, se las lleva todas y me las sigue perdonando todas, santa paciencia!

Cuando se ha ido a hacer los cafés y me he quedado sola, sin poder remediarlo y sin saber por qué, he derramado algunas lágrimas. Entonces he pensado que si no sabía el motivo, quizás es que sea una persona de lágrima fácil, y teniendo en cuenta que el viernes en medio de un momento delicado, pero placentero, también lloré, y la semana pasada tras una bronca de uno de mis jefes también, lo empiezo a encontrar preocupante….y teniendo en cuenta que no estoy hormonando, temo por mi autoestima.


Me acuerdo en ese momento de que esta misma tarde tengo un pequeño examen sobre un ejercicio, y como no me he traído nada, no puedo repasar. Menos mal que llamo a una buena amiga y me lo dicta todo por teléfono, así repasaré en el tren.


Me llegan por esos horarios dos sms a los que tendría que contestar, pero como me han dejado incomunicada, pues no lo hago, pero siempre puedo recurrir al socorrido e-mail, menos mal.


Una vez acabada la jornada laboral, y quedándome menos satisfecha con mi trabajo avanzado que cuando llegué por la mañana, marcho rauda y veloz hacia el tren para ir al cole. Consigo sentarme. Genial! así podré estudiar tranquilamente. Pero no. Antes de llegar a la tercera parada ya estoy frita apoyada de tal manera contra la ventanilla para que luego me duela el cuello, que en el fondo me encanta (nótese ironía). Me da por abrir los ojillos y veo que ya estoy en mi parada, por lo que vuelvo a salir disparada hacia la puerta.


La clase ha ido bien, el examen ha ido muy bien. Menos mal, algo me sale bien hoy.


Ya de vuelta a casa, como el tren tardaba una eternidad, me meto en el bar de la estación y me tomo una Coca-cola. Miro la lata y leo las calorías que tiene: 179Kcal, 7% de la cantidad diaria recomendada. Ufff, menos mal, aún no me he pasado hoy de lo recomendado.
Al dejar la moto en el metro, me ha tocado bajarme en otra parada y subir caminando un buen trozo hasta llegar al metro y recogerla. La muy mala se niega a arrancar, así que me dejo el pie dándole al pedal, pero al final se comporta y ruge como sólo ella sabe jajjaja.


Por fin en casa. Dulce, desordenado, sucio y solitario hogar.
Por las noches no suelo tener hambre, así que almenos no me torturo contando las calorías de la sopa, aunque si hubiera podido ir a la frutería el sábado, seguramente me habría comido un par de piezas, y lo hubiera agradecido. ¿Cuantas calorías debe tener una manzana? ¿Y un plátano?
No es la primera vez que me obsesiono con la dieta. Yo, que proclamo ser anti-operación bikini! Si supieran que fuí bulímica en la adolescencia, y las bestiezas que he llegado a hacer cuando he tenido crisis de autoestima....pero cada principio de verano me pasa lo mismo. Estar todo el invierno con ropa ancha, ocultando cualquier indicio de carne femenina, y de repente destaparte, con el blanco nuclear a flor de piel y ver que todo es como no te gustaría que fuese, osea, todo blanco, blando y según la zona con protuberancias sospechosas (celulitis). Cuando hace dos años iba al gimnasio era diferente, incluso me veía y notaba (más importante aún) en forma. Siempre pensé que cuando sudaba con las clases para sudar mi piel estaba más suave.....

Hablo un rato con mi querida amiga desper, contesto algunos correos, posteo aquí y allá.....y me pongo a escribir lo que no para de rondarme en la cabeza y que hasta aquí has podido leer. Divagaciones del insomnio. También empieza a preocuparme, por cierto. Y mejor no empiezo a hablar de lo que odio fumar, y más en verano.

Ya son las 2 de la mañana. Será mejor que me vaya a dormir, que seguro que mañana tendré noticias de alguien especial, una llamadita o un mensajillo, alguna prueba de que piensa en mí, no sé…..

Mañana es miércoles, y me toca ducha. A ver si así me refresco y lo veo todo un poco más positivo, pq lo que es hoy, simplemente no le veo color. A nada.

domingo, 18 de mayo de 2008

El amante amigo


Allá por cuando tenía 16 años (en pocos días 17), uno de esos sábados de fiesta loca en mi discoteca favorita Illusion, en la cola vi a un chico que me encantó, y que casualmente era un conocido de la amiga con la que iba esa tarde, así que nos presentó.

Al final de la tarde me pidió el teléfono, y se lo di. Era de los que tenían una “chorboagenda” negra, sí, esas con todas las entradas con nombre de mujer. No me gustó la idea de que mi nombre sólo fuera una entrada más en la “M”, pero tampoco pensé que me llamara. Esa misma noche lo hizo. ¡A ver cómo le decía a mi madre que quería salir de noche, si acababa de llegar de fiesta! Pero lo conseguí, y a las 00h estaba yo plantada en la columna izquierda de la Plaza España. En aquella época no habían móviles, ni el metro estaba abierto toda la noche del sábado, así que si él no aparecía o no nos encontrábamos, no sabía cómo volvería a casa, en la otra punta de la ciudad.

Apareció, con más amigos en un coche, y fuimos a Torres de Ávila (ufff, la disco con glamour y de referencia en aquel momento). Yo ya había ido un par de veces con las amigas, sin evitar tener que ingeniárnoslas para entrar, puesto que éramos menores. Aún recuerdo la boa de plumas azul y el pintalabios a juego, plataformas y falda de raso con rajote lateral jajajaja. Pero, ¿y si esa vez me pedían el DNI? Sería mi perdición, puesto que le había dicho que tenía 17 y en pocos días 18. Pero hubo suerte, y entré sin problemas. Bailamos toda la noche, y fuimos intercalando besos apasionados entre canción y canción.

Pasaron las semanas, y estábamos saliendo juntos. Me encantaba el sexo con él, era muy diferente a todo lo que había probado. Posturas nuevas, nuevas sensaciones, maneras diferentes de hacer lo de siempre. Era un maestro en el arte de amar, almenos para mí. Pero no todo podía ser perfecto, claro. Él no quería una relación “seria”, los maigos y la fiesta tiraban más. Y durante una llamada telefónica antes de irme de viaje de fin de insti le dije que lo dejábamos. Estos amores de la adolescencia….cómo dolió saber que ya no volvería a verlo. Aún guardo todo lo que escribía por las noches llorando y pensando en él.

Tuve otro novio, al que quería mucho y era un chico bueno, amable, atento, me hacía reir, me trataba como a una reina, y tenía una gran…..personalidad. Por aquel entonces reapareció el “chico malo” que me enseñó a hacer una felación en condiciones y que tantas lágrimas derramé por su culpa. Quería verme, pero yo tenía novio desde hacía meses. Gran dilema, pero el pulso se me aceleraba sólo de pensarlo, y accedí a comprobar si aún sentía algo por él. Y nos vimos, y follamos como nunca y como siempre. Pero luego nada, sólo había llenado un trocito del vacío. Deduje que sólo podríamos ser amigos que de vez en cuando follaban, pero sin muchos temas de los que hablar, con pocas cosas en común. Una relación de sexo, con todo el significado del mundo, pero sin sentido para una relación de pareja.

Me quedé sin uno y sin el otro. Los eché a los dos de mi vida, estaba demasiado confusa, no sabía lo que quería, y no quería hacer perder el tiempo a nadie, y me sentía muy culpable por haber sido infiel al novio y haber accedido al “amante”, y encima para nada. El tormento posterior fue peor. Seguí llorando por los dos, y escribiendo versos de amor por ambos.

Poco tiempo después, ya con 18 años empecé a salir con el que después se convertiría en novio oficial durante años, viviríamos juntos y con esa relación me convertiría en adulta. Nos llevábamos 9 años y medio, y eso me daba miedo, pero también pensaba que si él quería estar conmigo pese a la diferencia de edad, algún grado de madurez vería en mí, digo yo. Pero tampoco sería ésta una relación fácil. Ha sido la relación más dura, pero la que más me ha hecho conocerme.

Y volvió a aparecer el “chico malo”. Y volví a acceder a verlo. No podía evitarlo. No sé si porque lo veía como algo que me transportaba a esa época de fiesta loca y desenfreno, o porque realmente no podía decirle que NO. Durante 5 años se convirtió en amante, ya sin comillas. Nos veíamos una o dos veces al año, tampoco hay que abusar. Antes de cada encuentro le deseaba, y me excitaba sólo de pensar que en breve estaría en su cama. Después de verlo me sentía vacía, sucia, culpable, infiel. Pero entonces, ¿por qué continuaba viéndolo? Quizás me daba algo que mi novio no podía, o puede que para salir de la rutina, por lo diferente y prohibido. O porque soy infiel por naturaleza. Hoy aún no lo sé, y han pasado años ya.

El “chico malo” tenía también sus relaciones, ahora tenía una novia, ahora no…y entre una y otra, estaba yo, sin estar del todo, pero sin desaparecer. Sin prometernos amor eterno, pero despidiéndonos siempre con un “hasta luego”. Situación extraña, y extraña me sentía yo, al no saber por qué necesitaba verlo. Llegué a odiarlo, intenté decirle que no quería volver a verle, que teníamos únicamente una relación de sexo, que se buscara a otra, que me dejara vivir en paz….pero nunca se lo dije. Cuando lo tenía delante de mí, simplemente se me hacía la lengua un nudo, sólo me salía la sonrisa tonta. Sólo con oler su colonia ya estaba húmeda, y así no se puede pensar…..

Mi relación con el hombre con el que compartí casi 7 años de mi vida también terminó. Perdí un novio, pero he ganado un AMIGO, y nos seguimos viendo y llamando casi cada semana. Está comprobado que una relación no tiene por qué acabar mal, con insultos, ni reproches. Al fin y al cabo somos dos adultos que se han dado cuenta de que la relación no nos llevaba a ningún sitio. Los dos lo pensábamos desde hacía tiempo, yo simplemente lo dije en voz alta.

En ese momento conseguí mi segunda independencia, y se me hizo cuesta arriba, pero nunca me arrepentí de la decisión tomada, estaba meditada y es lo que quería.

Al principio me costó volver al mundo real, a conocer a otras personas, a salir, tener vida social, a estar con otros hombres. Pero como la cabra tira al monte, esa etapa acabó, y empezó la de disfrutar de la vida a tope. Y el “chico malo” no había desaparecido del todo, y ahora podíamos quedar cuando quisiéramos sin tener yo que pensar en culpabilidades, pero tampoco me llenaba. Me seguía faltando algo.

Me centré en el trabajo, en mis amigos, en la carrera, y en disfrutar de la vida, almenos el poco tiempo libre que me quedaba para ello.

Entonces me llegaron unas palabras nuevas al oído, y tras buscar información (gracias Don Google!), descubrí cosas nuevas e interesantes, que tras saber que no eran de mi interés de manera temporal y esporádica, empecé a tomarme muy seriamente y como una opción posible y real.

Una vez segura de ello, y ya empezando a meterme en el mundo del BDSM de manera activa, le confesé el nuevo descubrimiento sobre mis gustos latentes al “chico malo”. Por fin había encontrado el motivo por el que él no me llenaba, ni ningún otro hombre de los que había conocido o estado. Lejos de sorprenderse, sintió también la curiosidad de informarse más sobre el tema, hasta el punto de preguntarme por mis fantasías escondidas y en saber cómo podía él satisfacerlas.

Pasó un tiempo, y una mañana me llamó para pedirme si podíamos hablar porque necesitaba hacerme unas consultas y confiaba en mí para este tipo de tema.

Quedamos para comer. Era la primera vez desde que nos conocemos que comíamos juntos, como dos amigos, sin sexo de por medio, y hablamos durante horas sobre sus problemas con el trabajo (mobbing), amigos, familia y sobre él mismo. Me explicó sus miedos, sus obsesiones, sus dudas, su crisis existencial, su baja autoestima. Me habló como amiga. Fué chocante, no me esperaba que me viera como tal, siempre pensé que entre nosotros sólo había sexo. Claro que siempre hablábamos de cómo nos iba todo, de proyectos, trabajo, las respectivas parejas, etc, pero nunca llegué a conocer su intimidad, ese rincón oscuro que tanto nos cuesta mostrar. Lo tenía por un hombre un poco superficial, egoísta, buscavidas, seguro de sí mismo. Pero no era feliz, y necesitaba un oído que lo escuchara, unas palabras de apoyo, una opinión amiga. Y le di lo que pude, lo que en mis manos estaba, mi oído, apoyo y consejo.

Hace un par de días quedamos para tomar un café, y me comentó sus avances. Me agradeció que pudiera contar con mi apoyo, y puesto que yo no soy muy de palabras y me expreso mejor con acciones, decidí que la mejor manera de transmitirle mi optimismo y cariño era regalarle una libreta (del Natura, supermonas!) con la condición de que en ella apuntara una frase al día. Tan sólo una, la que definiera mejor su estado de ánimo en aquel momento. Incluso si escribía “pues hoy no sé qué escribir, no me viene nada digno de destacar a la cabeza” ya decía mucho de cómo se sentía en ese momento. La idea le encantó, y a mí me encantó que le encantara. Me sentí útil, y eso no tiene precio.

Como contrapartida a la libreta, él me ha comprado un ejemplar de comic de Eric Stanton, y estoy deseando leerlo!!

A veces las personas te sorprenden, y el “chico malo” es una buena prueba de ello. Es una persona muy importante para mí, ha participado en la formación de mi carácter, de mis ideas, de mi madurez. He visto su evolución y él ha visto la mía. Es lo bueno de mantener una amistad que dura años, y eso, es un lujo.

Pero me sigo excitando cuando huelo su colonia….

miércoles, 14 de mayo de 2008

INTRO



Hace algún tiempo alguien que pudo ser especial me propuso crear un blog, mi blog de sumisa. En aquel momento no estaba preparada, ni para iniciar un blog de tales características ni para lo que conllevaba aceptarlo.

Hoy la situación es muy diferente. Sigo siendo la misma, pero con otras necesidades, como por ejemplo escribir. Plasmar lo que siento y pienso como persona, como mujer, como sumisa. No es tarea fácil. No escribo para nadie en concreto, supongo que es para releerme más adelante y así poder entenderme mejor, analizando el resultado con la miopía necesaria. Y comprender, y recordar. No tengo la intención de hacer un diario, no tengo tanto tiempo libre. La idea es utilizar este rincón a modo de almohada para consultar y de cojín donde reposar cuando lo necesite.
Poder leerlo dentro de unos meses, años...y ver su evolución, mi evolución.

En principio esta es la idea, luego ya veremos lo que acabará saliendo, que como en todo, siempre empieza bien, pero no se sabe cómo acabará.
En este momento me siento como una niña que espera la merienda después de un duro día, su premio, que nunca llega.
Sean bienvenidos, queridos lectores;