
Hace ya demasiado tiempo que la música no me calma, la palabra escrita no me acosa y las flores no me sonríen.
Basta.
Se acabó.
Ahora que empiezo mi verano es buen momento para reconstruirme de una puta vez.
Un lugar donde poder dejar miedos, dudas, ideas, pensamientos, alegrías, lágrimas, palabras sordas, sonrisas y demás vicisitudes y paranoias varias.
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